Cada día nos levantamos con un millón de artículos y recomendaciones para entender las claves de la “nueva” era de la comunicación: aceptar al nuevo espectador “no pasivo”, convertirse en una marca útil, dialogar con el consumidor, atreverse, innovar….

Y puede que algunos buenos ejemplos para ilustrar esto sean Popeye y las espinacas (1929), la guía Michelín (1900), o el libro Guiness de los récords (1951)

No parece nada nuevo, ¿verdad?

¿Y si al final resulta que lo más importante sigue siendo tener una idea que de valor a la marca?